Un nuevo día comenzado con la celebración de la Eucaristía, esta vez preparada con acierto por Chile. Tomaron por símbolo "el camino" y sobre el mismo versaron las lecturas de la Palabra y los cantos. Nos invitaron a revivir "nuestro camino" como Región o Grupo sin región, entregándonos tres símbolos: una cruz, unas huellas y un cirio con una paloma. En la cruz escribimos aquello de lo que nos arrepentíamos de nuestro caminar claretiano, en las huellas escribimos los nombres de los Claretianos que han dejado huella en nuestro caminar como Seglares Claretianos, y en la paloma escribimos un compromiso para nuestro futuro caminar.
La Eucaristía fue presidida por el P. Gonzalo Fernández que recordando su participación hace años en la Asamblea General celebrada en Colmenar Viejo (Madrid, España), compara el caminar del Movimiento como a quien aparta las cenizas de un brasero hasta dejar a la vista las brasas que permiten retomar el fuego; así, los Seglares que fundara Claret desaparecieron por las circunstancias históricas, pero el espíritu se mantuvo ardiente, hasta que desde la Asamblea fundacional de Leyva en 1983 empezara ese apartar las cenizas hasta el día de hoy en que vuelve a arder el fuego claretiano.
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